San Agustin de Hipona (el 28 de agosto)
De los varios santos a considerar esta semana:
25 de agosto - San Luis Rey
25 de agosto - San José de Calasanz, presbítero
27 de agosto - Santa Mónica
28 de agosto - San Agustín de Hipona, obispo y doctor de la Iglesia
29 de agosto - El Martirio de San Juan Bautista
31 de agosto - XXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (Año C)
He decidido escribir sobre San Agustín de Hipona:
San Agustín nació en el año 354 en la entonces todavía provincia romana de Numidia, en la ciudad de Tagasta (actual Sauk Ahras, Argelia), cerca del final del Imperio Romano de Occidente. Llegó a ser considerado uno de los gigantes de la Era Patrística de la Iglesia y quizás el más grande de los Padres de la Iglesia Occidental (latina).
Ha (1) influido la dirección de la teología cristiana occidental hasta hoy día, (2) creado la Regla de Vida (la Regla de San Agustín), que sigue guiando a la gran mayoría de las congregaciones religiosas católicas, y (3) inspirado una orden religiosa, los Agustinos, entre cuyos miembros se encuentran Martín Lutero del siglo XVI, el científico del siglo XIX Gregor Mendel el padre de la genética moderna, y nuestro actual Papa León XIV.
Como tal, San Agustín ha sido el garante, defensor y santo patrón del pensamiento cristiano serio desde caminó por esta tierra hace 1600 años.
Sin embargo, también fue muy humano. Nacido en una familia adinerada, aunque provinciana, con padres de un matrimonio mixto —su madre, la futura Santa Mónica, de familia cristiana, y su padre, Patricio (que literalmente significa patricio o de la alta clase), un romano, pagano y empresario (que, sin embargo, concedió a ser bautisado antes de morir) – como atestiguan sus Confesiones autobiográficas, disfrutó y bien apreció el mundo, todavia muy romano, en el que nació.
De joven, hasta bien entrados los 30, viviá en el estilo parecido a un beatnik o un hippie de nuestra época, quizás siempre “en busca de sentido” ´por su vida (y en gran parte a costa de sus padres). Se convirtió al cristianismo después de que un amigo le regaló la Vida de San Antonio del Desierto. San Antonio fue alguien de orígenes similares del futuro San Agustín (y procedente de la costa sur de Egipto), que lo dejó todo para seguir a Jesús como ermitaño en el desierto, algo que lo impresionó.
Bien, San Agustín, como muestra su Regla, nunca llegó a ser tan austero. Pero reconoció claramente la autenticidad de la decisión de San Antonio y de su vida posterior.
Gracias a su educación, San Agustín llegó a ser nombrado obispo. Fundó una comunidad religiosa y, quizás importante en nuestra época, llegó a presenciar y a reconciliarse con el fin de la civilización (romana) en la que nació.
San Agustín terminó de escribir su libro La Ciudad de Dios y murió durante la conquista vándala del norte de África y el asedio de Hipona (hoy Annaba, Argelia), donde sirvió como obispo.
Hoy en día, hay la sensación común de que nos encontramos cerca del final de una época y entrando en una nueva y todavia incierta. Mantengamos la fe de San Agustín en que todo lo nuevo que venga será finalmente reivindicado por la acción y la voluntad de Dios.
¡San Agustín de Hipona, ruega por nosotros!
La imagen: San Augustín por Philippe de Champaigne

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