San Ponciano y San Hipólito (el 13 de agosto)
Otra vez más, esta semana ha estado llena de un gran número de santos muy interesantes:
11 de agosto – Santa Clara de Asís, fundadora de las Clarisas o la expresión femenina de la Orden Franciscana. Aunque una vez que entró en el convento, se convirtió en una monja de clausura, parecía comunicarse con todos, desde los papas hasta espíritus afines al otro lado de los Alpes y algunas cadenas montañosas más en Praga. Por eso se la ha llegado a considerar la “Santa Patrona de las Telecomunicaciones”, y sirvió de inspiración para la fundación de la Eternal Word Television Network (EWTN) por parte de la Madre Angélica, que en sus orígenes operaba desde la casa madre de la comunidad de la Madre Angélica, las Clarisas de la Adoración Perpetua.
12 de agosto – Santa Juana Francisca Chantal fue una mujer de familia noble, entonces viuda, que vivió en Francia en el siglo XVI y XVII, que se hizo monja y fundó una orden religiosa, la Orden de la Visitación de Santa María, para mujeres que otras órdenes religiosas rechazaban por su edad o mala salud. Además, su ministerio estaba dirigido a los pobres. Ella llegó a servir como ejemplo del siglo XVI del mensaje evangelico de que en el Reino de Dios, “Todos son bienvenidos”.
13 de agosto – San Poncio, papa y San Hipólito, sacerdote, que fueron mártires en los primeros siglos de la Iglesia en Roma, sobre los reflexionaremos a continuación abajo.
14 de agosto - San Maximiliano María Kolbe y Santa Teresa Benedicta / Edith Stein (festividad el 9 de agosto) son santos, canonizados en las últimas décadas, que vivieron y sufrieron el martirio durante las eras nazi y de la Segunda Guerra Mundial.
15 de agosto – La Asunción de la Santísima Virgen María, una solemnidad mariana anual que conmemora la antigua creencia/doctrina de la Iglesia de que María “después de su vida terrenal fue asunta, en cuerpo y alma, a la gloria celestial”. Hay suficientes iglesias antiguas en todo el mundo dedicadas a esta doctrina que merecería (y aún puede recibir) una entrada de blog propia aquí, incluso este año.
16 de agosto – San Esteban de Hungría, que vivió entre los siglos X y XI y fue el primer gobernante cristiano de Hungría.
Pero, de estas muchas posibilidades
valiosas, elijo escribir a continuación…
Sobre San Ponciano y San Hipólito.
La primera pregunta sería ¿por qué? ¿Por qué dedicar una columna a estos dos santo que si seamos sinceros, no son necesariamente muy conocidos?
Bueno, su historia, aunque pasó casi 1800 años atrás, es notabilmente actual.
Todo comenzó, todavía en tiempos de persecución romana, cuando en el año 217 la Iglesia de Roma eligió al futuro San Calixto como su Papa.
El futuro San Calixto era un ex esclavo que había comprado su libertad, luego fue formado para ser sacerdote y finalmente fue elegido obispo de Roma.
Había algunos en la comunidad romana que simplemente no podían aceptar ser dirigidos por un ex esclavo.
San Calixto, por su parte, tomó su elección como un signo de bendición desde lo alto para redirigir una buena parte de la misión de la Iglesia a buscar a mejorar la situación a los esclavos y dando esperanza a otros pobres de Roma. Entre otras cosas, creó el primer banco cristiano o “cooperativa de crédito” donde los esclavos podían depositar el dinero que ganaban y que luego podían utilizar para comprar su libertad. Sin duda, al menos una parte del dinero que se puso en la cooperativa de crédito para este propósito era de la propia Iglesia, para ayudar a los esclavos en su búsqueda de redención.
Bueno, una vez que se crea una institución financiera, eso abre la posibilidad de un escándalo en esa institución financiera. Esto llegó en parte del legado de San Calixto. Sus oponentes nunca lo consideraron un hombre completamente honesto.
Además, entre sus oponentes se acumularon otras acusaciones contra él, como que era demasiado compasivo en conceder la absolución de los pecados de sexo extramatrimonial, etc.
Entre los líderes _más_ opuestos al futuro San Calixto estaba el futuro San Hipólito, a quien los que se oponían al papado de San Calixto eligieron como Papa rival (en el lenguaje de la Iglesia, antipapa). Esta fue la primera vez en la historia de la Iglesia que esto sucedía.
Ahora bien, el futuro San Hipólito, podría ser reconocido por _muchos de nosotros_ hoy como un _clásico_ “tradicionalista iglesial”.
Simplemente no creía que las “nuevas” prioridades propuestas por el futuro San Calixto de “liberar a los cautivos”, ya sea de la esclavitud real o metafóricamente del pecado, no estuvieran realmente dentro del ámbito de la Iglesia.
En cambio, sintió que la Iglesia necesitaba “volver a sus raíces”, lo que encontró expresado más claramente en la _buena_ y hermosa Liturgia.
Con este fin, el futuro San Hipólito escribió el libro Tradición Apostólica, que catalogó las prácticas litúrgicas de la Iglesia en Roma lo mejor que pudo averiguar. Entre los textos presentes hay una versión antigua de la Segunda Plegaria Eucarística utilizada en el Misal Romano de hoy.
Entonces, ¿cómo se desarrolló la historia?
En el año 225 d. C., San Calixto fue asesinado por una “turba anticristiana” en el lugar donde hoy se encuentra el Palacio de San Calixto, en la plaza Trastevere de Roma. Cuando yo estaba en el seminario, me habían dicho que ese era el lugar de la famosa “Unión de Crédito” que San Calixto había fundado para ayudar a los esclavos a obtener su libertad.
El futuro San Ponciano fue elegido Papa en su lugar.
Poco después, las autoridades romanas, que todavía eran paganas y no se preocupaban por distinguir entre los cristianos que perseguían, los ortodoxos y los cismáticos/herejes, hicieron arrestar a gran parte de la comunidad cristiana.
Así, el futuro San Ponciano (Papa) y el futuro San Hipólito (antipapa) se encontraron en el exilio, encarcelados y trabajando como trabajadores forzados en la misma mina de Cerdeña juntos. Y allí se reconciliaron.
La historia es notable y tiene mucho
que ofrecernos hoy.
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