San Silvestre, papa (el 31 de diciembre)
De las varias Fiestas y memoriales de los Santos que conmemoramos esta semana:
28 de diciembre - SOLEMNIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ (A)
28 de diciembre - los Santos Inocentes
29 de diciembre - Santo Tomás Becket, Obispo y Mártir
31 de diciembre - San Silvestre I, Papa
1 de enero - SOLEMNIDAD DE MARÍA, LA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS
2 de enero - Santos Basilio el Grande y Gregorio Nacianceno, Obispos y Doctores de la Iglesia
3 de enero - El Santísimo Nombre de Jesús
4 de enero - SOLEMNIDAD DE LA EPIFANIA DEL SEÑOR (A)
4 de enero - Santa Isabel Ana Seton, Religiosa (EE. UU.)
He elegido escribir sobre San Silvestre.
Lo hago, en good parte, porque en Bohemia/la República Checa, de donde son mis padres, las celebraciones de Año Nuevo se hacen bajo del nombre "Día de San Silvestre". La gente pregunta "¿Qué vas a hacer para San Silvestre?", las estaciones de radio y televisión anuncian su programación para San Silvestre... Tengo la impresión de que esto ocurre en toda Europa Central.
¿Quién fue entonces San Silvestre? Sobre todo, fue Papa, en la época de la legalización del cristianismo en el Imperio Romano bajo Constantino. Y el futuro San Silvestre no decepcionó:
Durante su pontificado, consagró las basílicas constantinianas de San Pedro (la antigua) y San Pablo Extramuros, construidas sobre los lugares de descanso de los dos apóstoles y copatronos de Roma. La basílica constantiniana de San Pedro fue, por supuesto, reconstruida y ampliada en la Basílica de San Pedro actual durante el Renacimiento. San Silvestre también construyó y consagró la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén (en Roma) para albergar la gran reliquia de la Santa Cruz traída a Roma de Tierra Santa por Santa Elena, madre del emperador Constantino.
San Silvestre también convocó dos concilios: el Concilio de Arlés (314 d. C.) (que condenó la herejía donatista, que cuestionaba la verdadera humanidad de Jesús) y el Concilio Ecuménico de Nicea (325 d. C.) (convocado para combatir la herejía arriana, que buscaba disminuir/limitar la divinidad de Jesús).
Según todos los testimonios, parece que el futuro San Silvestre y el emperador Constantino mantuvieron una estrecha relación. Esta relación se amplificó en Occidente en los años y siglos posteriores a la caída del Imperio Romano de Occidente, cuando el Papado, la única institución que permaneció en pie, adquirió una importancia política mucho más grande en Europa Occidental que la que tenía antes. Varias de las leyendas sobre San Silvestre y su amistad con el emperador Constantino están recogidas en las Actas de San Silvestre [En] el siglo VI y, por supuesto, en la Donación de Constantino del siglo IX.
Dicho todo esto, el futuro San Silvestre desempeñó un papel muy importante en el momento en que la Iglesia pudo salir de la clandestinidad y tomar lugar como la religión oficial del Imperio Romano.
No sabemos qué nos depara el futuro, pero tenemos el ejemplo de San Silvestre, un líder eclesiástico quien se levantó e respondió bien de las nuevas y sorprendentes realidades a las que se enfrentó la Iglesia durante su tiempo.
¡San Silvestre, ruega por nosotros!

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