San Felipe Benizi, OSM (el 23 de agosto)

De los diversos santos y festividades que se celebran esta semana:

19 de agosto: San Juan Eudes, presbítero

20 de agosto: San Bernardo, abad y doctor de la Iglesia

21 de agosto: San Pío X, papa

22 de agosto: La Coronación de la Santísima Virgen María

23 de agosto: San Felipe Benizi, OSM, presbítero y religioso

23 de agosto: Santa Rosa de Lima, virgen y religiosa

24 de agosto: XXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (Año C)


He decidido escribir sobre San Felipe Benizi, OSM, quien es también el santo patrón de la parroquia donde estoy serviendo ahora, y con los años, he llegado a apreciar cada vez más que es un santo que realmente podría haber sido feligrés de nuestra parroquia:

Sus padres tuvieron dificultades para tenerlo. Finalmente, rezaron a María, y San Felipe fue concebido.

Se convirtió entonces en el niño precioso de padres que tuvieron dificultades de concebirlo. A los tres años, se le recuerda por haber dado su nombre a los Siervos de María, proclamando: "¡Miren, los Siervos de María!" (¡Y el nombre se le quedó! 😉).

Al crecer, sus padres lo enviaron a la mejor universidad de su época, en París, a estudiar medicina. Regresó siendo todavía un joven un poco consentido, rechazando la educación que sus padres le pagaron, diciendo que quería ser un simple fraile Siervo de Maria.

Eso pareció tener sus consecuencias: Parece, que él y sus padres no hablaron mucho en los años siguientes.

Quizás sus padres le advirtieron que no podría escapar de su crianza ni de su educación, y no lo hizo: poco después de descubrir que había cursado estudios universitarios en París, los Servitas le pidieron que se hiciera sacerdote y más tarde lo eligieron Prior General.

Aquí se recuerda que el futuro San Felipe no solo huyó inicialmente del Capítulo General que lo eligió y se escondió en una cueva cerca del Monasterio de Monte Senario, sino que no les contó a sus padres que había sido elegido cabeza de la orden por ocho años (¡bien entrado su segundo mandato! 😉).

Aceptando finalmente su puesto, intentó usarlo para resolver el mayor problema inicial de los Servitas: simplemente obtener la aprobación de la Santa Sede. Tras muchos obstáculos burocráticos —incluida la muerte de dos Papas— y ser enviado a misiones para la Santa Sede dignas de Hércules (incluida una en Forli, donde conoció y convirtió al futuro San Peregrino), consiguió la aprobación de la Orden, aunque solo provisionalmente. Pero tras esa larga aventura, este futuro santo patrón de quienes luchaban contra la burocracia pudo dedicarse a sus hermanos frailes, disfrutando de cocinar, limpiar, cultivar y cosechar con ellos. Y finalmente murió feliz y bendecido.

¡San Felipe Benizi, Nuestro Santo Patrón, ruega por nosotros!


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