Maria al Pie de la Cruz (el viernes antes del Comienzo de la Semana Santa)


De los diversos santos y memoriales que se celebran esta semana:

7 de abril – San Juan Bautista de la Salle, presbítero

11 de abril – San Estanislao, obispo y mártir

11 de abril – María al pie de la cruz, memorial OSM

13 de abril – Domingo de Ramos de la Pasión del Señor


He decidido escribir sobre el memorial de los Siervos de María, de Maria al pie de la cruz, celebrado en la Orden de los Siervos como fiesta especial el viernes anterior al Viernes Santo.


El objetivo de esta fiesta es (1) subrayar las palabras de San Pablo: «En nuestros sufrimientos completamos los sufrimientos de Cristo» (Col. 1,24) y (2) destacar el sufrimiento verdaderamente especial de María en ese momento.


Aquí es útil volver a la Constitución Dogmática sobre la Iglesia (Lumen Gentium) del Concilio Vaticano II, cuyo capítulo final se titulaba «La Santísima Virgen María, Madre de Dios, en el Misterio de Cristo y de la Iglesia».


En cuanto al papel de María en el Misterio de Cristo, Cristo entró en el mundo porque María dio su consentimiento al proyecto redentor de Dios en la Anunciación: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho» (Lc 1,38).


Pero al mismo tiempo que da su consentimiento al proyecto redentor de Dios, da ejemplo a la Iglesia de ser buena, de hecho, la más perfecta discípula de Cristo.


Así sucede en la cruz. San Juan Evangelista pone a María allí al pie de la cruz. Él se sitúa a sí mismo allí también como «el discípulo a quien Jesús amaba». Desde la cruz, Jesús entrega a María a su discípulo amado: «Ahí tienes a tu hijo», y María a su discípulo: «Ahí tienes a tu madre» (Juan 19,25-27).


Así, María se convierte no solo en madre de Jesús, sino también en madre de la Iglesia.


Luego hay la cuestión del sufrimiento de María en la cruz. Quienes hemos estado junto a un ser querido que muere conocemos el dolor. Claramente, no es el mismo dolor que el de la persona que muere. Sin embargo, ver partir a un ser querido es otra clase sufrimiento verdadero.


Es innegable que la Orden de los Siervos de Maria (fundada en 1233) y su devoción a Nuestra Señora de los Dolores surgieron justo antes de la Gran Peste (1346-1353).


Además, es innegable que quienes se identificaron con Cristo en ese momento, al enfrentandose impotentes a su propia muerte, falicieron.


Pero los que se identificaron con María, viendo con impotencia a un ser querido  morir, a menudo sobrevivieron para hablar y reflexionar sobre la experiencia.


Es una experiencia legítima si diferente … 


Y recordar a Jesús y a María de esta manera nos ayuda a conectar con el Misterio Redentor de Cristo: que de alguna manera, nuestros sufrimientos no son en vano, que se pueden transformar y ayudar al mundo entero a transformarse en algo mejor, más alineado con el proyecto original de Dios para el mundo.


Lo importante aquí es recordar que sí importamos, que nuestras vidas importan, y que los sufrimientos que sufrimos sí importan y que, de hecho, contribuirán a cambiar el mundo para mejor.


Nuestra Señora de los Dolores, María al pie de la cruz, ¡ruega por nosotros!


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