Santa Ángela Merici (el 27 de enero)
26 de enero - Santos Timoteo y Tito, obispos
27 de enero - Santa Ángela Merici, Virgen
28 de enero - Santo Tomás de Aquino, Presbítero y Doctor de la Iglesia
31 de enero - San Juan Bosco, Presbítero
2 de febrero - LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
He decidido escribir sobre Santa Ángela Merici:
La futura Santa Ángela Merici nació el 21 de marzo de 1474 en una granja a las afueras de un pequeño pueblo llamado Desezano del Garda al lado del Lago de Garda no tan lejano de la cuidad de Brescia en Lombardía, Italia.
Experimentó muchas tragedias en su juventud. Cuando tenía 10 años, ella y su hermana mayor quedaron huérfanas después de que sus padres murieran. Poco después, su hermana mayor murió también, y la futura Santa Ángela Merici quedó al cuidado de su tío que vivía en un pueblo vecino, también en el Lago de Garda, llamado Salò.
Sin embargo, la tragedia tiene una capacidad de centrar la vida de uno en "cosas que perduran". Ya cuando era adolescente, llegó a ser a Terciaria Franciscana y poco después decidió que no se casaría.
En cambio, puso su atención por otras mujeres jóvenes, para que se formaran bien en la fe en una época en el que los problemas y las dificultades de la vida a menudo no estaban tan legos. Junto con otras jóvenes, fundó una Asociación de Santa Úrsula, dedicada a la educación de mujeres jóvenes.
En aquella época, la educación en la región era limitada, especialmente para las mujeres jóvenes. Por eso, las Ursulinas visitaban los hogares de las jóvenes y llevaban a cabo su instrucción en sus casas, en presencia de sus padres. De esta manera, cualquier preocupación sobre lo que iban a enseñar a las jóvenes desapareció y el resultado fue una región de mujeres jóvenes bien formadas que se casarían o entrarían en la vida religiosa.
En una época en la que la formación religiosa no era particularmente buena y varios movimientos paleo protestantes habían hecho incursiones, los servicios ofrecidos por las Ursulinas fundadas por la futura Santa Ángela Merici y sus compañeras llegaron a ser reconocidos por mantener a toda Lombardía en gran parte católica: si las mujeres saben cómo orar, y aprenden a distinguir el bien del mal, entonces toda la familia aprende a orar y también a distinguir el bien del mal.
Al buscar evangelizar también en nuestro tiempo, es útil recordar los esfuerzos del pasado, no necesariamente para replicarlos en la forma, sino usarlos como inspiración para responder creativamente a nuestros tiempos también.
Santa Ángela Merici y compañeras, ¡rueguen por nosotros!
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